Ayotzinapa




     En una protesta en cualquier parte de México... 

Ándenle cabrones, siganle y van a terminar como los de Ayotzinapa...

Ellos no terminaron. Comenzaron todo esto...




Algunas citas de Diego Rivera




        Los negreros henequeneros dieron un numeroso e ilustre contingente a la aristocracia porfiriana. Felipe Carrillo Puerto los arruinó porque hizo de los antiguos esclavos de ellos los mexicanos mejor organizados de todo el país. Y como en México la revolución política ha hecho morir a 500 mil hijos del pueblo, pero casi no ha tocado a los burgueses culplables de la matanza, Felipe tenía que caer tarde o temprano bajo la bala o el puñal que ellos pagaran, como seguirán cayendo en México todos los revolucionarios que fíen más en la fuerza de la razón que en la del perpetuo pie de guerra. 

        Los ricos y todos los que viven trabajando poco y ganando mucho, chupando la sangre del pueblo, empiezan a percibirse de lo que pasa y a formarse planes y poner ganchos para el trabajador. Los que viven del sudor del pueblo, componen partidos nuevos a los que ponen nombres socialistas o algo parecido; por eso esté es el momento en que el trabajador debe tener más cuidado para no caer en la trampa que le ponen esos señores que lo que quieren es subir y se proclaman, con tal fin, amigos del pueblo cívico-progresista y al mismo tiempo invitan a los burgueses, empleados y profesionistas a defender sus intereses en contra de los del obrero y el campesino. Esos entes son iguales a los que en Italia se llaman facistas, quieren y hacen lo mismo que aquellos: apoderarse del poder y poner un pie en el pescuezo del trabajador.

     Tengo guardados en un banco, sí señores, hasta cinco mil dólares, así en dólares, moneda americana, porque en México no tengo compradores para mis cuadros, aparte de cinco amigos mpios que se han atrevido; esos dólares los conservo como una pequeña reserva, precisamente; para no "depender del presupuesto" y garantizarme con esa suma que representa menos de los que algunos de nuestros próceres juegan en un cuarto de hora de póker, la libertad de pensamiento y acción y expresión como hombre libre, sin tener necesidad de depender del presupuesto de la internacional de Moscú, ni temer ser expulsado, como lo fui, por el partido estalinista, excomunista, ni tampoco temer mi expulsión del presupuesto nacional, guardando siempre,pese a quienes pese, y en donde quiera que sea, mis convicciones revolucionarias.

Memorial de Tlatelolco, Rosario Castellanos




La oscuridad engendra la violencia
y la violencia pide oscuridad
para cuajar el crimen.
Por eso el dos de octubre aguardó hasta la noche
Para que nadie viera la mano que empuñaba
El arma, sino sólo su efecto de relámpago.

¿Y a esa luz, breve y lívida, quién? ¿Quién es el que mata?
¿Quiénes los que agonizan, los que mueren?
¿Los que huyen sin zapatos?
¿Los que van a caer al pozo de una cárcel?
¿Los que se pudren en el hospital?
¿Los que se quedan mudos, para siempre, de espanto?

¿Quién? ¿Quiénes? Nadie. Al día siguiente, nadie.
La plaza amaneció barrida; los periódicos
dieron como noticia principal
el estado del tiempo.
Y en la televisión, en el radio, en el cine
no hubo ningún cambio de programa,
ningún anuncio intercalado ni un
minuto de silencio en el banquete.
(Pues prosiguió el banquete.)

No busques lo que no hay: huellas, cadáveres
que todo se le ha dado como ofrenda a una diosa,
a la Devoradora de Excrementos.

No hurgues en los archivos pues nada consta en actas.
Mas he aquí que toco una llaga: es mi memoria.
Duele, luego es verdad. Sangre con sangre
y si la llamo mía traiciono a todos.

Recuerdo, recordamos.
Ésta es nuestra manera de ayudar a que amanezca
sobre tantas conciencias mancilladas,
sobre un texto iracundo sobre una reja abierta,
sobre el rostro amparado tras la máscara.
Recuerdo, recordamos
hasta que la justicia se siente entre nosotros.


Memorial de Tlatelolco
Rosario Castellanos

Carta de Luis Cardoza y Aragón a André Breton



        Siento en las entrañas la vida pasada de México, como a veces siento mis entrañas sobre la piedra de sacrificios. Lo maravilloso es tejido con la misma materia que los días, los segundos y los siglos de México. Su misteriosa substancia forma lodos con el trajín de nuestros zapatos... y es que México nos sobrepasa terriblemente, dolorosamente, infinitamente... La imantación que crea en el aire la imagen que de México nos forjamos... Estamos en la tierra de la belleza convulsiva, en la patria de los delirios comestibles... La supremacía de nuestra naturaleza, de nuestro tiempo, de nuestra realidad indígena, es tan avasalladora y orgullosamente inclemente que nos ofrece hasta una nueva muerte distinta de las otras muertes. México tiene su muerte como tiene su vida diferente de las otras vidas... México es, poéticamente, como un inmenso parque teológico, con sus dioses sueltos, con sus fuerzas sueltas... Los ídolos y todos los generadores de amor y poesía saltan a su cielo... He necesitado de las matemáticas más severas del idioma para bosquejar a México apresuradamente. Le he pensado sobre las alas de las mariposas.

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