Yo soy en estos instantes, más que un rector que sucede a los anteriores, un delegado de la revolución que no viene a buscar refugio para meditar en el ambiente tranquilo de las aulas, sino a invitaros a que salgais a la lucha, a que compartais con nosotros las responsabilidades y esfuerzos. En estos momentos yo no vengo a trabajar por la universidad sino a pedir a la universidad que trabaje por el pueblo... Organicemos entonces el ejército de los educadores que sustituya al ejército de los destructores. Y no descansemos hasta haber logrado que las jóvenes abnegadas, que los hombres cultos, que los héroes de todos de nuestra raza se dediquen a servir a los intereses de los desvalidos y se pongan a vivir entre ellos para enseñarles hábitos de trabajo, hábitos de aseo, veneración por la virtud, gusto por la belleza y esperanza en sus propias almas. Ojala que esta universidad pueda alcanzar la gloria de ser la iniciadora de esta enorme obra de redención nacional. José Vasconcelos, Discurso 9 de julio de 1920.
Viendo los trabajos hechos por los niños, de los cuales la mayor parte son de familia obrera, se siente la necesidad de repetir a los hombres que pintan: volveos como niños y decir a los maestros: no hagais de esos niños admirables unos hombres banales.
El arte es individual y únicamente los mediocres se amparan en el gregarismo de las asociaciones que están muy bien para defender el salario del obrero que puede ser fácilmente reeemplazado, nunca para la obra insustituible del artista.
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