“Porque la conjunción de la acción y el sufrimiento constituye nuestras vidas: es una entidad. El niño sufre al ser engendrado, sufre al nacer, sufre al ser destetado; sufre a todas horas hasta la muerte. Pero todo lo bueno en el hombre, por lo que es apreciado y elogiado, consiente en el buen sufrimiento, la buena índole, el sufrimiento que acompaña la vida y se resiste en su totalidad. La facultad de saber sufrir es más que la mitad de la vida, y de hecho, es toda la vida. Se sufre al nacer, se sufre al crecer; la semilla soporta la tierra, la raíz sufre la lluvia, el capullo sufre el florecimiento. Y de la misma manera, amigos míos, el hombre sufre su destino. El destino es tierra, lluvia y crecimiento. El destino duele.”
“Era doloroso estar solo y entonces los hombres constituyeron la sociedad. Era doloroso oir toda clase de voces interiores, exigiendo vivir nuestras propias vidas, buscar vuestro propio destino, morir vuestra propia muerte; si, era muy doloroso y por eso se huye y se hace ruido con martillos y maquinas, hasta que las voces se apagan y quedan en silencio.”
“Es difícil aprender a sufrir. La mujer con frecuencia lo logra y con mas nobleza que el hombre. ¡Aprended de ellas!¡Aprended a escuchar cuando os habla la voz de la vida!¡Aprended a mirar cuando el sol del destino juega con vuestras sombras!¡Aprended a respetaros a vosotros mismos!”
Y si la guerra continúa; Hermann Hesse
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