Los mares de Palestina


Existen dos mares en Palestina. Uno es fresco, y los peces viven de él. El verdor adorna sus orillas. Los árboles extienden sus ramas sobre él y hacen crecer sus raíces sedientas para beber de sus aguas curativas.

El río Jordán forma este mar con aguas bullentes, bajando desde las colinas. Así, ríe a la luz del sol. Y los hombres construyen sus casas cerca de él, y los pájaros anidan; y todo tipo de vida es más feliz por el solo hecho de que existe.

El río Jordán fluye hacia el sur y desemboca en otro mar. Aquí no hay peces, no hay hojas que se muevan, no hay cantos de aves, tampoco risas de niños. Los viajeros eligen otra ruta y pasan por la zona sólo si es necesario. El aire es pesado sobre sus aguas, y los hombres, las bestias y las aves no pueden beber.

¿Qué es lo que produce esta gran diferencia entre mares vecinos? No es el río Jordán. Lleva las mismas aguas buenas a ambos. Tampoco el suelo sobre el que están, como tampoco el lugar que los rodea. Ésta es la diferencia: El mar de Galilea recibe, pero no encierra al Jordán. Por cada gota que entre, otra gota sale. El dar y recibir son en igual medida.

El otro mar es atrevido, guarda celosamente lo que entra. No es tentado por ningún impulso de generosidad. Cada gota que recibe, la guarda. El mar de Galilea da y vive. El otro mar no da. Se le conoce como Mar Muerto.

Existen dos tipos de personas en el mundo. Hay dos mares en Palestina.

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