El médico fue a ver a Mulla Nasruddin y le dijo:
—No has pagado, y he venido una y otra vez a recordarte que he curado a tu hijo de la viruela, y no me escuchas.
—Tú eres el que tiene que escuchar; de lo contrario te voy a demandar en los tribunales —contestó Mulla.
—Esto es extraño... He tratado a tu hijo.
—Sí, ya lo sé; pero ¿quién propagó la epidemia por toda la ciudad? ¡Mi hijo! De modo que todo el dinero que has ganado lo tienes que compartir conmigo.
3 comentarios:
:O qué astuto.
:O qué astuto.
ese mulla es un genio ;p
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